Había una vez una gata que le gustaba mucho uno de sus compañeros ... Era un gato que también asistía a la misma escuela, pero nunca la miraba ni se fijaba en ella.
Como era vanidosa y un poco envidiosa no solo quería gustarle a él, sino también a toda la escuela ... Y al no conseguirlo, se sentía muy fea.
¿Cómo era posible eso?, se preguntaba.
El mono al oír sus lamentos y quejas quiso darle una lección, entonces le ofreció prestarle sus orejas que tanto le gustaban a ella ... La gata pensó que se vería hermosa con las orejas de mono, se las puso y siguió su camino.
El mono se encargó de decirles a todos los animales su plan para darle una lección:
Sin saber lo que estaba pasando, la gata se colocó todas las partes de los diferentes animales que le habían prestado y fue a impresionar al gato que tanto le gustaba, el cual se encontraba jugando con sus amigos.
El mono al oír sus lamentos y quejas quiso darle una lección, entonces le ofreció prestarle sus orejas que tanto le gustaban a ella ... La gata pensó que se vería hermosa con las orejas de mono, se las puso y siguió su camino.
El mono se encargó de decirles a todos los animales su plan para darle una lección:
El plan consistía en que cada uno le prestara una parte de su cuerpo que ella siempre estaba envidiando y que al final viera lo fea que quedaría con tal combinación ...
Mientras tanto la gata seguía paseándose por la escuela en busca del gato.
Mientras tanto la gata seguía paseándose por la escuela en busca del gato.
En su camino apareció el conejo quien le ofreció prestarle su cola, luego el cerdo quien ofreció prestarle su nariz, la hormiga le prestó sus antenas y la tortuga le prestó su caparazón.
Y así todos los animales se sumaron al plan para demostrarle a la gata que debía aprender a quererse tal y como era.
Sin saber lo que estaba pasando, la gata se colocó todas las partes de los diferentes animales que le habían prestado y fue a impresionar al gato que tanto le gustaba, el cual se encontraba jugando con sus amigos.
Éste al verla salió corriendo del susto, pues en toda su vida no había visto algo tan horrible ...
La gata muy avergonzada, lejos de estar molesta con los demás, aprendió la lección y comprendió que era más bonita así como era antes, que ahora con un montón de cosas encima.
Una historia muy bonita con una gran enseñanza; debemos aprender a amarnos tal y como somos.
ResponderEliminarUn besazo.