SIN MULETAS

Durante siete años no pude dar un paso. Día y noche caminaba con mis muletas, casi arrastrándome por la tierra.

Fui al gran médico y le conté mi caso ...

-"¿Por qué llevas muletas?", me preguntó.

-"Porque estoy tullido", le respondí.

-"No es extraño", me dijo el gran médico.

"Prueba a caminar sin muletas. Son esos trastos los que te impiden caminar.
¡Deja esas muletas aunque tengas que caminar a cuatro patas!".

Y antes de que pudiera reaccionar, el gran médico, riendo como un monstruo, arrancó las muletas de mis manos y las rompió en mis espaldas ... Y sin dejar de reír, las arrojó al fuego.

Ahora estoy curado. Camino con normalidad. Me curó una carcajada y una voz que me dijo que tenía que romper mis muletas.

Es verdad que tan solo a veces, cuando veo en mi camino palos o algo que se asemeje a mis muletas, camino peor durante unas horas.

Pero estoy contento a pesar de todo: He aprendido que en la vida lo importante es romper tus muletas y ayudar a que otros también rompan las suyas.

Comentarios

  1. Es una hermosa historia, ojala mucha gente la pueda leer, gracias por dar señales de que el mundo no sólo es accidentes, corrupción, robos y asesinatos.

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  2. Mi nombre es Milena Villegas.
    En mi opinión creo que esta es una grandiosa historia para ponernos a reflexionar y decidir si seguir con nuestras muletas o no, somos personas libres y muchas los obstáculos, peripecias, desafíos de la vida son para nosotros esas muletas que sin darnos cuenta las tenemos, pero lo que no sabemos es que no las necesitábamos jamás.

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