EL ÚLTIMO DÍA DE CLASES

Al fin amaneció ... Pasé toda la noche en vela, deseando que el día no terminara ... Se acercaba el baile de fin de año y hoy en la escuela la maestra iba a escoger nuestras parejas con una dinámica de juego que se le había ocurrido.

Todo consistía en anotar nuestros nombres en pequeños papeles para luego sortearlos y que cada uno tuviera el nombre escrito de un chico o la chica del salón de clases. Como éramos la misma cantidad de hombres y mujeres. Esta acción calzaba perfecta para mi mala suerte.

"Para insentivar el compañerismo", decía la maestra ... "Ya ven que después de terminar el año escolar se van a extrañar".

No quería ir a la escuela, pero mi madre me obligó, estaba feliz. Ya le dolía la cabeza de tanto pensar quién me acompañaría al baile.

En realidad todos lo aceptaron sin protestar y coincidieron en que la maestra había tenido una excelente idea.

A mí me daba igual. Podría haber ido con cualquiera: Algún vecino, un primo o pariente o hasta mi hermano menor.

"Ya falta poco para que esto se acabe", le dije el día anterior a mamá.

Ella me miró enojada; pero al verme a los ojos, comprendió mi tortura ... Me conocía muy bien.

Cuando entré al aula, todas las chicas estaban entusiasmadas esperando la elección de parejas ... La bulla era tan fuerte que no me dejaba repasar mis apuntes ... Después del examen final, empezaría este tormento.

El primero en salir al frente del pizarrón fue el más popular y guapo de todos, cómo era de esperarse el aula explotó en aplausos.

La maestra le dijo que tomara un papel de una caja cerrada, en donde estaban anotados todos nuestros nombres.

-"ANA", dijo en voz alta.

La maestra se dirigió hacia mi y dijo que los acompañara. Todos aplaudieron, algunas muy envidiosas, otras resignadas y los chicos sorprendidos por supuesto.

-"Se está poniendo roja", dijeron en voz baja y luego escuché algunas risas.

"No puede ser verdad ... Ahora todos me están mirando ... Por qué tuve que ser yo".

Usaba anteojos, nunca me maquillaba, ni estaba a la moda, ni siquiera era parte de algún comité escolar; andaba siempre despeinada y un poco descuidada por las prisas que me llevaba ir de la biblioteca a las demás aulas en cada descanso. Era inteligente y empeñosa; pero eso sólo lo notaban los maestros, para los demás era casi invisible.

Cuando todo terminó, estaba dispuesta a irme a casa lo más rápido que pudiese.

Carlos, así se llamaba el chico que iba a ser mi pareja, me alcanzó y me detuvo del brazo ...
-"Espera un momento ¿Te puedo acompañar", me dijo.

... Bastó todo el recorrido de la escuela a mi casa para que nos hiciéramos novios ...

-"Eres linda ¿Sabes? Siempre quise invitarme a salir pero nunca me atreví a invitarte. Pensé que me ibas a rechazar por ser feo", luego de eso hizo una mueca con los labios y continuó.

"Yo siempre te vi, de entre todas, tú eras la mejor. Muchas veces te preocupabas por los demás cuando te necesitaban, sobre todo si era alguien desvalido, les ayudabas a todos con sus tareas, ordenabas los libros de la biblioteca cuando te lo pedían y además de eso, le llevabas comida al gato del portero", sonrió.

"Eres una buena alumna y además una buena persona".

"Te quiero mucho Ana" ... 

"Hoy fue mi mejor día".

Me siguió diciendo muchas cosas más; pero mi mente estaba trabajando a mil ... Ya casi no las recuerdo ...

El día de la fiesta de graduación, fuimos la pareja más aplaudida de nuestra generación. Nuestro paso por la pista de baile fue muy aclamado por todos, el ambiente se llenó de ensordecedores gritos y felicitaciones por parte de nuestros compañeros y maestros ...

Un día inolvidable ...

Ya en la preparatoria, viendo a mi novio acercarse, sólo viene a mi mente estas palabras:
"Que bueno que asistí a ese último día de clases" ...

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