EL GUSANO DE LUZ

Era invierno y el niño Jesús acababa de nacer. Estaba acostado en las pajas del pesebre y tenía frío ...

La Virgen y San José lo miraban; el buey y la mula se acercaron para calentar al Niño con su aliento.
El Niño Dios extendía sus manos para percibir el calor de los animales y les sonreía en medio del frío.

Poco a poco, otros animales que estaban en el establo también se acercaron para dar al Niño algo de calor.
 
Las palomas se arrancaron sus plumas más suaves y con ellas hicieron un colchoncito. La oveja cortó con sus dientes unos vellones de lana blanca de su cuerpo y cubrió con ellos el cuerpo tembloroso de aquel niño ... Una araña se puso a trabajar muy deprisa y tejió una tela brillante y fina que colocó sobre la cabeza del Niño Jesús.

Un gusanito, escondido en un rincón, también quería llevar algo al Niño recién nacido. Pero, ¿Qué le podía ofrecer? ...
Él no tenía plumas como las palomas; tampoco lana como las ovejas y no sabía hilar como las arañas. Estaba tan triste.

Salió de su rincón y arrastrándose por la hierba seca vio una florecilla que estaba seca; pero que todavía daba un rico olor. La cogió y con mucho esfuerzo, fue subiendo hasta llegar a las pajas donde estaba acostado el Niño.
Se acercó a Él y con mucho cariño puso en su mano la florecilla.

Cuando vieron lo que hacía; el buey, la mula, las palomas, la oveja y la araña, lo miraron un poco burlones.

El pequeño gusanito tuvo vergüenza y quiso esconderse entre las pajas; pero el Niño Jesús extendió su mano pequeña y lo cogió sonriendo.
La Virgen y San José también sonrieron y aquellas sonrisas fueron para el gusanito el mejor de los premios que lo llenaron de alegría y de felicidad.

Entonces, el Niño Dios pidió a la blanca luz uno de sus rayos. Quitó de él un poco de resplandor y se lo dio al gusanito que brilló en el pesebre ... Todos los animales lo contemplaban admirados:

-"¡Qué precioso está el gusanito!" ... Dijeron todos sorprendidos.

Así se convirtió en un gusanito de luz que brilló en el Portal de Belén y desde entonces, el gusano de luz brilla en las praderas con un pequeño resplandor que el Niño Jesús le regaló en el retablo de Belén.

Comentarios

  1. hermoso!! tu siempre con esa hostorias lindas

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  2. Que cuento tan tierno y bonito, me ha gustado mucho...cada vez que vea un gusano de luz pensaré en esta historia y miraré al gusano con mayor admiración "sabiendo" que su luz fue un regalo del Niño por su gran generosidad en ofrecerle lo que tenía: una flor.Saludos navideños

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  3. Qué historia tan linda, gracias por compartirla, de esto se trata la Navidad, de dar todo nuestro amor, que es lo que verdaderamente importa.

    Tu casa está preciosa.

    Besos.

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  4. Creo que los gusanos de luz, vienen a ser las luciérnagas no? Antes de que puedan volar :-)

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