Era una noche oscura y tormentosa, la víspera de Halloween. Las sombras parecían jugar en las paredes y el viento ululaba entre las ramas de los árboles; pero en un pequeño rincón de la ciudad, un gatito negro llamado Tom tenía grandes planes. “¡Esta noche será la noche!” exclamó Tom. Al mirar su reflejo en el espejo, se veía a sí mismo con unos enormes y resplandecientes ojos, un pelaje negro brillante y afiladas garras que se escondían en sus patitas ... “¡Voy a ser el gato más aterrador de todo el vecindario!” Había escuchado tantas historias de sus antepasados: Gatos negros que traían mala suerte y eran mensajeros de brujas ... Tom quería ser especial, recuperar su legado y hacer que todos temieran su presencia, aunque solo fuera por una noche. Comenzó con su vecino, el viejo bulldog Rufus. Tom se acercó sigilosamente, arqueó su espalda, hinchó su pelaje y lanzó un sonoro “¡Miaaauuu!”, esperando asustar al viejo perro. Sin embargo, Rufus simplemente lo miró, ladeó la ca
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