MI AMIGA ANA


Éramos dos niñas cuando nos conocimos, traviesas pero muy unidas, casi como hermanas. Juntas crecimos y fuimos a la misma escuela; testigo de las mejores etapas de nuestra vida, donde vivimos grandes anécdotas y divertidos momentos.

Ana era muy guapa, siempre le llovían los novios y se le presentaban grandes oportunidades debido a su belleza. En cambio, yo era la más inteligente, admirada por mis compañeros y maestros; todos los años ocupaba el primer lugar en el cuadro de honor.

Ella soñaba con ser modelo y yo con ser maestra; pero lamentablemente vivíamos en un  pueblo muy pequeño donde no había muchas oportunidades para desarrollarse, al menos para Ana.

Cuando terminamos la escuela, sabía que para alcanzar nuestros sueños, tendríamos que separarnos...

Para Ana, esto era muy doloroso ya que en el fondo sabía que era la única forma de lograrlo y eso nos separaría por muchos años ... Le costaba tomar una decisión.

No quería perder a mi única amiga; pero también quería verla feliz. Así que decidí animarla a pesar de todo.

Pronto llego él día en que Ana me vería por última vez. Lloramos mucho ... Ella más que yo ... Juramos nunca olvidarnos, ni cambiar todo aquello lindo que pasamos; aunque viviéramos en un lugar distinto, seguiría esta gran amistad.

Tarde o temprano volveríamos a encontrarnos, con nuestros sueños, ya realizados.

Con los años nuestras conversaciones se fueron distanciando cada vez más y más, hasta que finalmente llegué a perder todo contacto con ella.

Sin embargo, Ana se volvió muy famosa y muy seguido tenía noticias de ella a través de revistas y publicaciones en internet ...

Yo regresé a mi pueblo, a trabajar en esa pequeña escuela que me vio crecer y pasar los mejores años de mi vida.

Ella nunca volvió ...

Sé que ya no pertenece aquí y espero que en donde se encuentre, le vaya bien y sea feliz.

Ana siempre tendrá un lugar en mi corazón. Ojalá que no lo haya olvidado.

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