EL HILO ROJO del destino



La leyenda dice que el abuelo de la Luna sale cada noche a conocer a los recién nacidos y les ata un hilo rojo en el dedo.

Un hilo rojo que decidirá su futuro ...
Un hilo rojo que guiará estas almas para que no se pierdan ...

Esta leyenda afirma que aquellas personas que se encuentran conectadas por el hilo rojo están destinadas a convertirse en almas gemelas y vivirán una historia importante, sin importar cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentran en la vida ... El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse; pero nunca romperse

.

Hay otra leyenda muy popular que es recitada en los hogares orientales a los niños y jóvenes, y dice así:


Hace mucho tiempo, un emperador se enteró que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino.

La mandó traer ante su presencia y cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo rojo que llevaba atado al meñique, y lo llevara ante la mujer que sería su esposa.

La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir el hilo.

Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos.

Al llegar hasta donde estaba la campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie ...

La bruja hizo que el joven emperador se acercara y le dijo:

-"Aquí termina tu hilo".

Pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja.

Éste empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.

Muchos años después, llegó el momento en que debía casarse y su corte le recomendó que sería mejor que desposara a la hija de un general muy poderoso. El emperador aceptó esta decisión y comenzaron todos los preparativos para esperar a quien sería después la elegida como esposa del gran emperador.

Llegó el día de la boda; pero sobre todo había llegado el momento de ver por primera vez la cara de su esposa.

Ella entró al templo con un hermoso vestido y un velo que le cubría totalmente el rostro …

Al levantarle el velo, vio por primera vez que este hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. Era la cicatriz que él mismo había provocado al rechazar su destino unos años antes ...

Un destino que la bruja había puesto frente al suyo y que él había decidido no creer.

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