AMOR EN NAVIDAD

Al salir de mi trabajo, pasé por un centro comercial, y pude presenciar una gran celebración ... No siento que sea lo más importante pero creo que encender el árbol de navidad, definitivamente es el inicio de la temporada más querida por todos.

No para mí ... Mis padres fallecieron el año pasado en un accidente, no tengo hermanos, ni novio y diría que muy pocos amigos. 

Recuerdo que antes disfrutaba este momento, ahora me parece algo innecesario. Eso sí, debo de admitir que me gustan estas fechas porque toda la ciudad se llena de colores, justo lo que le falta a mis días grises y nublados.

A la siguiente noche, vi que a lado del árbol había un hombre mayor disfrazado de Santa y a su costado, dos enormes filas para pedir deseos: Una de niños y otra de adultos.

Me pareció algo extraño y poco inusual ... ¿Una fila de adultos? ... No tenía nada que hacer en mi casa así que decidí intentarlo ....
"Algo bueno debe salir de esto", me dije.

Cuando llegó mi turno, Santa me miró fijamente y luego entristeció; pero al instante esbozó una pequeña sonrisa:

-¿Cuál es tu deseo hija mía?

Me quedé en blanco, su voz era tan dulce ... Parecía conocerme de toda la vida ...
"¿Qué habrá visto en mis ojos?", pensé.

-"Solo quiero un poco de color en mi vida", alcancé a decir y abandoné rápidamente la fila.

Salí de ese centro comercial a toda prisa, muy nerviosa por haber escuchado aquella respuesta ... 
"Más pronto de lo que imaginas".

Crucé la calle, sin darme cuenta que el semáforo estaba en luz roja ... De pronto se me nubló la vista y solo alcancé a ver manchas rojas a mi alrededor ...

Desperté en el hospital cuando me dijeron que solo había sido un desmayo y algunos golpes leves por la impresión fuerte que tuve. Les pregunté cómo había llegado ahí y señalaron a un joven apuesto, vestido de un traje de Santa, que me había llevado y acompañado todo el día en aquel lugar.

Él despertó y cuando me vio recuperada, sonrió.

-"Casi nos abandonas" dijo y luego miró al médico.
"Ya está bien ... ¿Se puede ir?"

El médico asintió.

Al oír esto, me levanté y busqué mis cosas apresuradamente para marcharme. El joven apuesto las tenía y me las entregó de inmediato.

Le pregunté quién era y porqué estaba allí ... Él me contó toda la historia:

- "Iba de camino a un evento en la empresa donde trabajo ... Casi te atropello con mi auto ... Gracias a Dios no fue así.

Me sentí culpable y te traje yo mismo a este hospital. Ya ves que ni tiempo tuve de cambiarme la ropa. Sólo repetías: Todo es muy rojo" ... Se miró a si mismo y volvió a sonreir.

"Eres muy guapa ... Y eso que estás en tu peor día", me confesó.

... Desde ese momento mi vida cambió ... Este año, como regalo adelantado de navidad recibí el color rojo, el color del amor.

Gracias por todo Santa.

❤️

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