EL MUÑECO DE NAVIDAD

Era la noche de Navidad, y el niño que siempre acompañaba al muñeco de nieve, se encontraba en la casa de sus abuelitos.

El muñeco de nieve se sentía solo y triste ... 

La casa estaba a unos cuantos metros y él decidió acercarse para ver qué pasaba dentro. Al hacerlo, vio el calor de un hogar, una mesa llena de comida, y un lugar acogedor en donde no hacía frío, porque no caía nieve.

El muñeco de nieve quiso entrar; pero no pudo, porque no encontró la forma de hacerlo...  De pronto vio caer una escarcha del cielo, que lo miró y sonríó.

- "¡Pídeme un deseo, en esta noche especial", le dijo.

El muñeco contestó:
- "Quiero sentir el calor de un hogar, como el de esta familia".

- "Pide tu deseo, entonces", insistió la escarcha.

- "Quiero entrar en esta casa y pasar la Navidad con esa familia" 

- "Pero, si entras ahí, te convertirás en un charco de agua", le advirtió la escarcha.

- "Entonces quiero que ellos salgan y pasen la Navidad conmigo".

- "No puedo hacer eso, porque si ellos salen, se morirán de frío".

- "Entonces, ¿Qué puedo hacer?"

- "Muñeco de nieve ... Lo que tú necesitas es otro muñeco con quien compartir la Navidad", le dijo la escarcha y luego empezó a crear otro muñeco de nieve.

Cuando terminó, el niño se asomó por la ventana.

- "¡Mira, papá! ¡Otro muñeco de nieve! ¡No tiene bufanda! ¿Puedo ponerle una?".

- "Sí, ve", le contestó el abuelo.

Entonces niño salió de su casa y le puso la bufanda que le dió su abuelita para el muñeco de nieve recién creado …

Así fue como el muñeco de nieve nunca más volvió a estar solo en Navidad, porque a partir de ahora disfrutaría de la compañía de un nuevo amigo.

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