EL ESPÍRITU DEL BOSQUE

—"Puedes pedirme un deseo, lo que más quieras", le dijo el Espíritu del Bosque a la pequeña Claire.

—"¡Un deseo!", respondió emocionada.

"¿Es verdad, papá? ¿Puedo pedirle un deseo a la señora?", preguntó a su padre, quien estaba callado, con el rostro inexpresable ...

La enfermedad lo estaba consumiendo ...

La pequeña niña nunca lo había visto así.

—"Sí, cariño. Lo que tú más quieras, respondió con voz débil.

Soltó una lágrima y le acarició sus largos cabellos rizados.

—"¿Por qué lloras, papá?"

—"No es nada, me entró polvo al ojo. Anda, pide tu deseo, tenemos que volver a casa".

—"Oh no, le prometí a mamá que regresaríamos temprano", dijo recordando la niña.

—"Entonces, apresúrate. Pídele tu deseo".

—"¿Lo que más quiera?" ... Pensó y miró a la mujer frente a ella ...

Usaba flores y hojas como ropa, sus cabellos eran dorados, tenía un rostro hermoso y se notaba que algo había a sus espaldas, parecía tener alas  ...
Atrás de sí, había un gran árbol, tan alto como un edificio.

—"Allí vive ella", le dijo su padre

"Es un Espíritu que habita en el bosque. Hoy es el día en que recorre la Tierra para renovar el pacto que tiene con su creación.
Ella prometió visitarnos. Ya me lo había dicho antes, cuando era tan pequeño como tú".

"El Espíritu del Bosque te dará lo que más deseas", le dijo momentos antes, de estar a punto de desmayarse.
 
"Ella nos va ayudar"

—"¿Nos va a ayudar? , pensó. "¿Papá necesitará ayuda?" "¿Acaso le pasa algo?"

—"Solo tienes que decirlo", le dijo el Espíritu del Bosque.

Claire volteó a ver a su padre y se dio cuenta de que se limpiaba otra lágrima y no lo pensó más ...

—"Deseo que papá esté siempre en mi vida", respondió mirando a la mujer de rubios cabellos.

Las hojas se elevaron del suelo y fueron llevadas por una extraña corriente de aire que nacía de sus manos.

Cuando el viento paró. Claire miró a su padre; sin embargo, él ya no estaba.

—"¿Papá?", dijo la niña confundida y llena de miedo.
"¿DÓNDE ESTÁS?

Miró al Espíritu del bosque y le preguntó:
—"¿Pero ... Yo pedí que siempre estuviera conmigo?"

—"Y lo estará", le dijo la mujer.

"Solo que ya no en su misma forma ...

Es curioso ... Tu padre pensó qué pedirías algo para ti.

Es un afortunado, seguirá viviendo a pesar de todo.

Ya le faltaba poco. Esta misma tarde, su enfermedad se lo llevaba". 

—"No se dé que habla ... ¿Dónde está mi papá?".

—"Allí", señaló hacia los árboles.

El sol se había marchado, ahora la luna daba sentido a los colores. De la oscuridad del bosque emergió una extraña mariposa, tan resplandeciente como las estrellas.

Claire abrió sus manos y la  brillante mariposa se posó en ellas.

A partir de ahora su padre viviría en el bosque. Acompañándola todas las tardes como solía hacerlo durante todos estos años.

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