LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

En una pequeña granja, humilde pero próspera, vivía una pareja de granjeros. Trabajaban todos los días y vendían sus productos en el mercadillo del pueblo ... Con esto, vivían tranquilos, de forma modesta; pero felices.

Resulta que un día, trabajando en el campo, le regalaron una gallina al granjero y éste la llevó a su casa para criarla con los demás animales.

Un día, la gallina puso su primer huevo, y el granjero, al ir a recogerlo, se quedó maravillado: El huevo era dorado, pesaba como una roca y relucía de forma increíble.

Por supuesto, fue corriendo a enseñárselo a su mujer, quien en seguida pegó un grito de felicidad:

– "¡¡Es oro!!"

La pareja se miró sorprendida. Guardaron el huevo y esperaron al día siguiente, ilusionados ante la posibilidad de que la gallina no solo diera uno, sino muchos huevos más.

Y efectivamente, al día siguiente, su preciosa gallina puso otro huevo de oro macizo.

Y así un día, y otro, y otro más …

Los granjeros vendieron los huevos de oro, reformaron la granja, adquirieron más tierras y compraron más animales.

¡Tenían mucho dinero!

Pero aún así, querían más y poco a poco sus ojos se llenaron de codicia.

Un día, dijo el granjero:
– "Si la gallina nos da cada día un huevo de oro … ¡Es porque su interior debe estar repleto de oro macizo! ... ¿Te imaginas todo el oro que tendrá dentro?", preguntó a su mujer.

– "Cierto", contestó ella "Si conseguimos de golpe todo el oro … ¡Podremos comprar otra casa y hacer ese viaje con el que soñábamos!"

– "Pues no se diga más: La abriremos y así sacaremos todo el oro de su interior".

Los granjeros lo tenían claro, y no se lo pensaron más.

Mataron a la pobre gallina con la intención de descubrir el oro que tenía dentro; pero …

– "¡No tiene nada!", gritó el granjero al abrir al animal.

– "¡Qué hemos hecho!", se lamentó su esposa, a la vez que se daba cuenta de que ya no tendrían nunca más huevos de oro.


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