Cuenta la leyenda que existieron tres hermanos. Antioch Peverell, Cadmus Peverell, e Ignotus Peverell, quienes iban por un camino hasta que se detuvieron al ver un río peligroso. Al ser diestros en la transformación conjuraron un puente para cruzar el río. En medio del puente se apareció la Muerte, que, enojada por haber perdido tres posibles víctimas, fingió felicitar a los hermanos y les otorgó un premio a cada uno por su habilidad.
Antioch, pidió la varita más poderosa jamás creada, que fue fabricada por la Muerte con una rama de un saúco, la actualmente llamada "Varita de Saúco".
El mediano, Cadmus, quien estaba dolido por la repentina muerte de su futura esposa, pidió un instrumento que le permitiera traer de la tumba a los seres queridos, y la Muerte le entregó una piedra del río: "La Piedra de la Resurrección".
El más joven de los tres, y el más humilde, pidió un objeto que le permitiera irse de allí sin ser perseguido; la Muerte le dio, de mala gana, su propia "Capa de Invisibilidad".
Posteriormente los tres hermanos continuaron su camino.
Antioch fue hasta un pueblo donde mató a su enemigo que había tenido una disputa. Estando borracho, se creía poderoso por el poder que le había dado la varita. Tras la disputa, se fue a dormir a una choza. Mientras dormía, otro mago le robó la varita y para asegurarse de que no le buscara, le cortó el cuello. Así la muerte se llevó al hermano mayor.
Cadmus llegó a su casa, giró la Piedra tres veces sobre su mano y apareció la mujer con la que se habría casado, pero esta se mostraba triste y distante, separada de su amado por una especie de velo. Ella ya no pertenecía al mundo de los vivos, sino al de los difuntos, y por ello sufría. El hombre no soportó ver a su amada y enloqueció, suicidándose de una vez por todas para reunirse con ella. De esta manera la Muerte se quedó con el segundo hermano.
Durante años, la Muerte buscó a Ignotus, pero nunca lo consiguió.
Cuando Ignotus llegó a una edad avanzada, se quitó la capa de invisibilidad y se la entregó a su hijo, recibió a la Muerte como si se tratara de una vieja amiga y como iguales ambos se alejaron de la vida.
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La leyenda también cuenta que el que reuna las tres reliquias de la muerte, se convertirá en el "Señor de la muerte", lo que implica ser inmortal.
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