—"¿Cómo lo haces?", preguntó el conejo.
—"¿Hacer qué?", respondió el girasol.
—"Mantenerte alto y fuerte después de todo lo que has enfrentado".
—"¡No sé lo que quieres decir!", exclamó la flor. "¿Me lo explicas?".
—"Bueno ... Has soportado a los pájaros picoteando tus semillas y siendo pisoteado cuando eras pequeño. Has luchado contra todo tipo de cosas que destrozarían tus hojas y enfrentaste la más dura de las tormentas.
Sin embargo, aquí estás, alta, fuerte y hermosa. Te admiro.
¿Cuál es tu secreto?".
—"¡Ah, ahora que lo entiendo! Solo gira tu cara hacia la luz donde brilla la esperanza y el amor, entonces podrás enfrentar cualquier cosa que la vida te ponga en frente".
—"¿Con qué frecuencia tengo que hacer esto?", preguntó el conejo.
—"Todos los días", respondió la flor, y levantó su cabeza hacia el sol.
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