LA LEYENDA DE LA HUACACHINA

La Huacachina es un oasis en el desierto de Ica en Perú ... Su nombre significa "Mujer que llora".

Cuenta la leyenda que una hermosa joven a la que llamaban la Huacachina, era pretendida por los hombres de la ciudad a los que ella no correspondía. Más disfrutaba cantar por los campos de girasoles, bailar y ayudar al necesitado; pero sobre todo se dedicaba más a perfeccionar su canto. Y casualmente fue un día ese canto, el que atrajo a un joven guerrero inca, el mismo que al ver la belleza de aquella mujer, quedó profundamente enamorado de ella y ella al verlo, también de él.

Se siguieron viendo y el amor crecía cada vez más entre ellos. La dulzura de la Huacachina era un tesoro que no todos los hombres podían tener. Él era el único afortunado.

La relación marchaba muy bien pero tristemente en esos tiempos, los españoles llegaron a las tierras peruanas y el joven fue reclutado para luchar y así defender a su pueblo.
Antes de irse le prometió a su amada que regresaría y así se unirían ambos en matrimonio para formar una familia.

El joven nunca volvió debido a que murió en una de las batallas y no tardó mucho para que la Huacachina se enterara y su corazón quedara destrozado, en unas tinieblas más oscuras que la noche.

Ella corrió y corrió hasta que se desplomó sobre el mismo campo de girasoles donde conoció a su amado y lloró amargamente.

Con el tiempo sus lágrimas iban formando una pequeña charca y luego una laguna la cual contenía sus lágrimas.

Así pasaban los días y una mañana, un joven foráneo pasó por esos lugares y al ver a la Huacachina tan indefensa y hermosa, pese al dolor que su corazón sentía quiso hacerla suya.

Al ver sus intenciones a través de un espejo, la Huacachina se levantó del suelo donde estaba llorando su amor y se sumergió en las aguas de la laguna que ella había formado y se hundió en lo profundo.

El joven esperó un tiempo; pero al ver que no salía decidió irse del lugar.

La Huacachina al notar que no había peligro decidió salir pero ya no podía, debido al tiempo que había pasado sumergida en el agua ... No tenía piernas, sino una cola de pescado cubierta de escamas brillantes y hermosas.

Desde ese entonces, los habitantes nombraron a esa laguna "La Huacachina" en honor a la joven sirena que habitaba en su interior y cuyas lágrimas de dolor por la pérdida de su ser amado, formaron ese cuerpo de agua pura, capaz de vivir bajo el agua durante cientos y cientos de años.

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Cuenta la leyenda que cada luna nueva, la joven sirena sale de la laguna para llorar a su amado guerrero que nunca más volvió.

Algunos pobladores de la zona han dado testimonios de que sí han podido escuchar a una mujer de llanto lastimero pero cuando se acercaban a buscar su procedencia, simplemente estos sonidos desaparecían y los pocos que han podido verla no han sobrevivido para contarlo, pues murieron ahogados.

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