EL BORRADOR Y EL LÁPIZ

El borrador le dijo al lápiz:
—"¿Cómo estás, amigo?"

El lápiz respondió enfadado:
—"¡No soy tu amigo¡ ¡Te odio!"

El borrador dijo sorprendido y triste:
—"¿Por qué ?"

El lápiz contestó aún más molesto:
—"¡Porque borras lo que escribo!"

—"Yo solo borro errores", dijo el borrador.

—"¿Cuál es tu negocio?", preguntó el lápiz.

—"Soy un borrador, y ese es mi trabajo".

—"¡Eso no es trabajo"!.

—"Mi trabajo es tan beneficioso como el tuyo".

—"Estás equivocado y soberbio, porque el que escribe es mejor que el que borra".

—"Quitar lo incorrecto es equivalente a escribir lo correcto", afirmó el borrador.

El lápiz se quedó en silencio por un rato y luego dijo con algo de tristeza:
—"Pero te veo cada día más pequeño".

El borrador contestó:
—"Porque sacrifico algo de mí cada vez que borro un error".

El lápiz dijo con voz ronca:
—"Yo también siento que soy más bajo de lo que era antes".

El borrador se acercó al lápiz y mientras lo consolaba, le dijo:
—"No podemos beneficiar a otros, a menos que hagamos un sacrificio por ellos".

Después, miró al lápiz con cariño y le preguntó: "¿Todavía me odias?"

El lápiz sonrió y dijo:
—"¿Cómo puedo odiarte cuando te has sacrificado tanto por nosotros?"

.

Si no puedes ser un lápiz para escribir la felicidad de los demás, sé un buen borrador con el que se pueda borrar las penas y sembrar la esperanza y optimismo en las almas que más lo necesitan.

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