—"Maestro", le dije:
"Están pasando cosas horribles en el mundo. Y no sé que hacer. Me pongo triste. No se cómo ayudar. No quiero hacerme de la vista gorda y tal vez me siento culpable por estar bien cuando otros están muy mal".
—"Cuando te vas a dormir, apagas todas las luces; pero enciendes la de tu cuarto". Dijo el maestro.
"Ya no estás en la cocina. Ya no estás en el patio con los perros.
Estás en tu habitación, donde te corresponde estar en ese momento. Y ahí enciendes la luz para no estar a oscuras.
Así es en el mundo.
Sí hay guerra, pero tú no estás ahí, es porque no te corresponde estar ahí.
En el lugar en donde estás, enciende tu luz.
Si tienes para compartir
Comparte.
Si tienes algo valioso que aportar al mundo.
Hazlo.
Si eres sabio y sabes dar consejos.
Dalos.
La Luz se enciende porque en la tierra hay desierto y hay mares.
Si te tocó ser parte del agua.
¿Por qué te aflige el desierto?
Si te tocó ser desierto.
¿Por qué te afligen los de las aguas?
Cada quien está donde le corresponde.
Llámale karma. Destino. Propósito.
Si algo no tiene el universo, es injusticia. No existe.
Todo es perfecto.
Si no estás ahí. Es que no tienes que estar ahí.
En la guerra no todos mueren, y donde no hay guerra, la gente muere.
Muere el que tiene que morir.
Vive el que tiene que vivir.
¿Por qué sentirse culpable?
¿O acaso tú decides quién vive o quién muere?
¿Cuál es tu responsabilidad?
Solo cumple lo tuyo. Que a eso viniste. Y por eso estás en donde estás .
Prende tu luz. Sé parte de la luz, no del problema … Dijo el maestro.
.
El mundo, cuando está a obscuras, necesita más luces prendidas.
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