Preparó un hombre una cena en su casa en honor a sus amigos y familiares ... Y su perro, invitó también a la reunión a otro perro amigo.
—"Ven a cenar a mi casa conmigo", le dijo.
Después de un rato llegó el perro invitado y lleno de alegría, se detuvo a contemplar el gran festín diciéndose a sí mismo:
"¡Qué suerte tan inesperada! Tendré comida para hartarme y no pasaré hambre por varios días".
Estando en estos pensamientos, meneaba el rabo como un gran viejo amigo de confianza. Pero al verlo el cocinero moviéndose alegremente de allá para acá; pensó que era un intruso. Lo cogió de las patas y sin pensarlo más, lo arrojó por la ventana.
El perro se volvió lanzando grandes alaridos. No entendía nada de lo que estaba pasando ... Pero se marchó después de que nadie le hiciera caso y cuando se encontró en el camino con otros perros, éstos le preguntaron:
—"¿Cuánto has comido en la fiesta, amigo?"
—"De tanto beber ... Me he embriagado demasiado, que ya ni siquiera sé por donde he salido", contestó y luego siguió su camino un poco desconcertado.
«MORALEJA»
No te confíes de la generosidad que otros prodigan con lo que no les pertenece.
Comentarios
Publicar un comentario